lunes, 13 de abril de 2009

El valor de una derrota

Tal vez cuando volvíamos de Chiclayo el domingo en la noche la incomodidad del viaje quedaba de lado en el plantel de Universitario. La algarabía de la barra del ciclón y el reproche de la trinchera quedaban solo en aquella maleta que los equipos que no ganan tratan de "olvidar" en la sala de embarque. Lo más importante en aquel descanso silencioso de Reynoso debe ser la tranquilidad de saber que ha priorizado y que la renta de su precaución mas allá de abandonar el primer lugar del torneo descentralizado será la alegría de avanzar en la Copa.


El momento de la "U" lo pone en el segundo lugar de nuestro fútbol pero con un pie en la segunda fase de la Libertadores. Hoy muchos hinchas dejarán que la molestía los tome por asalto por lo que ocurrió en el "Elias Aguirre". Yo prefiero ver la parte llena del vaso. Universitario va por su mejor participación en la Copa en más de una década. Considero que Reynoso ha formado con lo que tiene un equipo confiable. Esta versión de la "U" corre bien la cancha. Ocupa los espacios e intenta presionar cuando la tiene el contrario. Tiene en el maestro Solano la cuota de diferencia que en el fútbol peruano lo hace indiscutible entre los inicialistas. No es maravilloso pero es eficiente. El equipo crema hoy es un equipo solvente defensivamente. Esa base con Galván en la zaga, Rainer en primera línea de volantes protege el arco con un cada vez más maduro Raúl Fernández. Universitario es un grupo realista, sin dejar de lado sus limitaciones se hace fuerte como local y gana los partidos.


No sé si hoy a la "U" le alcance para ser el mejor equipo del país (Universidad San Martín pelea la nominación) pero da gusto ver un trabajo como el de Juan Reynoso. Ojalá la dirigencia crema no comience con las añejas malas prácticas de los chismes de callejón que casi siempre terminan molestando al técnico y siga dándole salud al proceso para que el ex capitán de la selección imponga su propuesta por encima de intereses particulares. En Chiclayo se encontró con el Juan Aurich de Franco Navarro. Con Candelo y compañía había un equipo que lo esperaba para hacerle daño, no claudicó, le salió a jugar bien y le ganó la partida.


En un país como el nuestro cuesta priorizar, queremos todo y de la manera más fácil. Pero existe el trabajo, el realismo y la planificación. Alguien tenía que comenzar en la "U". Tal vez por eso Reynoso volvía callado de Chiclayo, molesto por el resultado pero ya pensando en el partido con San Lorenzo, aquel que lo puede traer de la Argentina con una maleta que esta vez no tendra reproches sino la alegría de la mitad del país. Veremos.

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