lunes, 21 de julio de 2008

DICEN QUE LAS DESPEDIDAS SON MUY TRISTES...JAJAJA...

Se perdona el pecado pero no el escándalo. Aunque a veces un escándalo sirve para tapar las cosas que se hicieron mal en otro lado. Hoy parece que el fracaso de Alianza en el año es responsabilidad exclusiva de los asistentes a la ya famosa despedida de Reimond Manco la madrugada del 11 de Julio.

Alianza no será campeón nacional y eso ya es grave. Los equipos grandes tienen que serlo. Descansan en sus títulos. En 6 meses el equipo de la Victoria ha renunciado a la alegría y le ha cambiado al hincha el grito de aliento por el reclamo constante. Ahora salen los de siempre ha decir que tal y cual jugador son indisciplinados, borrachos, amantes de la noche y que deberían irse del tan sublime y disciplinado fútbol peruano. Pero el desastre aliancista no es autoría de quienes se amanecieron en la despedida de Rei. Queda claro que obraron mal y que en Alianza lo que menos se necesita en estas circunstacias es que sus jugadores se amanezcan en una fiesta.

Pero el caso Alianza es mucho más amplio. Viene de la cabeza. Siguen las protestas por las elecciones. Se equivocaron con Arrue que aprobó la contratación de un tal Obina que no terminó de bajar el avión porque hubiera consumado una estafa, echó a Maestri y dijeron que Manco le areglaría el problema. Lo vendieron al PSV. El chico tenía miedo meter porque se podía lesionar y truncar su pase a Holanda. Trajeron a Serna. ¿Serna?. Si pues, el colombiano que prometió 15 goles y que no alcanzo si quiera a jugar 10 partidos. Mantenían a Benavides que no encontró nunca la tranquilidad para la definición y ahora se tiene que ir. Un verde Baylón se vino de Portugal pero le quedo grande la responsabilidad de ser el 9 que se buscaba. Al final Wilmer Aguirre llegó, marcó 11 goles pero era demasiado tarde.

El de Alianza era un tema de propuesta. Un plantel disminuido en relación a los otros que querían pelear el torneo. Ah, enrolaron a Montaño envuelto en más de un inconveniente por un presunto contrato con la "U", el colombiano nunca encontró compañía en Alianza. Pepe Soto agarró el fierro caliente tras la salida de Arrué, llegó por bueno, por ser el caudillo de Alianza que iba a sacarlos del mal momento. Contrataron a su hermano Jorge para que resuelva el asunto dentro de la cancha. Amigos dirigentes, un jugador por más bueno que sea, si viene de 6 meses de para no te va resolver nada. El final, Pepe se fue de Alianza porque le faltaba experiencia y no sabía hacer los cambios.

Como decía el finado colega Gallito: "Diciendo que contrataron a Waldir Saénz". Un gran delantero en los noventas, pero que lamentablemente venía de ser suplente en Municipal. Una figura como él merecía otra despedida en Alianza, no ser parte de un engaño. Es más, nunca lo apoyaron con el tema judicial del cual salió absuelto. Hoy en Matute, a muchos dirigentes no le caben los pantalones para decirle a Jayo, Waldir y Soto que no los quieren más porque el fútbol los dejó. La mejor excusa es la despedida de Manco y la amanecida publicitada hasta el hartazgo. El Dr. Paez será el verdugo. Claro que los jugadores tienen responsabilidad, ellos juegan dentro de la cancha y lo hicieron mal. Afuera, los dirigentes jugaron a hacer un equipo, jugaron con el hincha...jugaron con Alianza.

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